¿Puede el trabajo ser un paraíso?
El trabajo piensa en resultados, sino no seria trabajo. El trabajo es desafío, desarrollo, investigación, pero sobre todo el trabajo está concebido para transferir valor a través del esfuerzo y de grandes cargas de presión emocional.
El trabajo: también es compromiso, aprendizaje, estímulos, vida, alegría y satisfacción. Pero sin olvidar, que el trabajo, en la mayor parte de los casos, antes que una elección es una necesidad.
Es muy bueno, es genial, no tiene precio, trabajar de lo que a uno le apasiona. La pasión en lo que hacemos es el condimento decisivo para alcanzar la felicidad. Todo lo que hagamos con pasión seguro lo vamos a hacer mejor. Incluido trabajar. Pero hay que separa los tantos. No es sano confundir un buen lugar para trabajar, un lugar desafiante, con la felicidad en sí.
El trabajo: también es compromiso, aprendizaje, estímulos, vida, alegría y satisfacción. Pero sin olvidar, que el trabajo, en la mayor parte de los casos, antes que una elección es una necesidad.
Es muy bueno, es genial, no tiene precio, trabajar de lo que a uno le apasiona. La pasión en lo que hacemos es el condimento decisivo para alcanzar la felicidad. Todo lo que hagamos con pasión seguro lo vamos a hacer mejor. Incluido trabajar. Pero hay que separa los tantos. No es sano confundir un buen lugar para trabajar, un lugar desafiante, con la felicidad en sí.
Tener oficinas con tantas comodidades es un gesto inequívoco de seducción. Y todo el mundo quiere ser seducido. Es una cuestión de autoestima: sentirse seducido, es sentirse valorado.
Trabajar en Google es sentirse seducido en forma permanente. Es como ser un adolescente que tiene una novia que le dice a todos tus amigos, a través de gestos en extremo visibles, que vos le interesás mucho. Pero no solo eso, no solo se desvela por vos, sino que además le interesa que todo el mundo sepa que vos le interesas.
Todo eso dice Google con sus oficinas. ¿¿¿Y qué EGO se resiste a un amor así???
Sin embargo, para emitir un mensaje de esas características, además de un modelo de negocios que se vea favorecido como es el hecho de trabajar por proyectos, implica que además ese modelo de negocios sea casi imbatible. Y ahí entra la metáfora del imperio.
¿Qué cultura reflejan las oficinas de Google?
Trabajar en Google significa formar parte de la compañía que está escribiendo una parte importante de la historia de las comunicaciones. Y si tomamos en cuenta que la historia de las comunicaciones modifica directamente la historia del hombre, de alguna manera, ser parte de Google, es ser parte de la historia del hombre. Y no vamos a explicar lo atractivo que esto resulta.
Desde Adán y Eva que la historia no se hace en el paraíso. La historia la hacen los imperios. En este caso el pasaje que ocurre entre la percepción de paríso a la percepción de imperio es el mismo que se da de la teoría a la práctica, de los sueños a los hechos y de los ideales al pan nuestro de cada día. En síntensis, de afuera hacia adentro.
El mensaje “Google es un paraíso” no es para los Googlers, sino para el resto del mundo. Para los Googlers, el mensaje de sus oficinas es más directo aún: “para gozar de los beneficios de la cultura organizacional de un imperio, primero hay que comprometerse en la construcción del imperio omnipresente que todo lo ve y todo lo sabe.
En el trabajo se pasa la mayor parte de nuestra vida activa. Y parte de ese racional es el que utiliza la lógica de resignación que la posmodernidad tiene reservada para el trabajo: “Con nosotros, esa parte de tu vida va a ser mejor”.
¿Las oficinas de Google son la última gran revolución en beneficios corporativos?
Sin dudas. Del tema se ha hablado demasiado y hasta dejó de ser noticia para ser una percepción instalada en el inconsciente colectivo: trabajar en Google, otra vez, es trabajar en el paraíso.
Pero el asunto no fue una casualidad. Sin olvidar que después de todo se trataba de un trabajo, Google definió el posicionamiento de “paraíso” y lo comunicó de la manera correcta al diferenciar comunicación de estrategia, es decir, diferenciando públicos: la percepción para los públicos externos no es la misma que para sus empleados.
El impacto de la innovación hizo el resto.
Alguien sabe si Cuil, el buscador que iba a competir con Google, tiene oficinas?
Es muy probable que la mayoría de nosotros ni siquiera sepa si Cuil sigue online. La salud de un imperio también se mide en la debilidad de sus rivales. Y la respuesta sobre sus oficinas, por supuesto, es NS/NC (no sabe, no contesta).
El concepto de oficinas pensadas para satisfacer al empleado se puede imitar perfectamente, pero lo que es imposible de lograr, es el impacto y la frescura de la innovación, y los beneficios de ser el líder en innovar de cara a la opinión pública.
Esto nos lleva a una reflexión sobre el clima organizacional basada en la obviedad: para tener la cultura organizacional de un imperio, primero, siempre, es necesario: tener el imperio.
(Puedes encontrar más videos relacionados acerca de la Cultura Organizacional de Google)
RESULTADOS OPERATIVOS Y FINANCIEROS: